Cuando nos fijamos en la cata de un vino, en muchas ocasiones solemos «pasar» de la descripción que el autor nos hace del color por considerar que tampoco nos va a aportar demasiada información por como se comportará en la copa.
No obstante, el color de un vino nos da muchísima información, por ejemplo, si percibimos en el tonos anaranjados (o tejas) en los vinos tintos o rosados, tonos dorados en los vinos blancos, lo que generalmente nos dice este detalle es que es un vino con cierto envejecimiento, es un vino que tiene algún tiempo. Los tonos más purpúreos (azulados), los más rosáceos, nos indican juventud en el vino.
Como ven, el color, nos da una importante información del vino que nos indicará las posibles sensaciones que tendremos al beberlo.