Que rabia da leer las recomendaciones gastronómicas en las notas de cata de los vinos, que si «el vino perfecto para maridar con carne de buey bizco con champiñones del Nepal», que si «ideal acompañamiento para pescado salvaje de Groenlandia con pétalos de flores del Kilimanjaro».
Así que cogemos varios vinos elaborados en Toro (Zamora), con fama de ofrecernos vinos de gran potencia, y los maridamos con «mundanos» bocadillos: Bocadillos de Toro pero sin toro.
Porque el vino, es para acompañar cualquier alimento y las viandas dignas de dioses no son indispensables para el disfrute de los más diversos vinos… incluso esos vinos con 10 años a sus espaldas.
En esta ocasión elegimos el Restaurante Haran, en la Comarca de Pamplona, y decidimos entre varios de su carta de bocadillos para miniaturizarlos y maridarlos con complejos y potentes vinos que se elaboran en Toro (aunque no todos estén acogidos a la D.O. Toro).
Conforme los asistentes llegaban al restaurante, se les recibía con un vino espumoso y un frito de pimiento (la miniatura del que suelen ofrecer en el Haran), Ariane Brut Nature, un espumoso elaborado por el método tradicional con las variedades de uva Verdejo y Moscatel de Grano Menudo.
La burbuja limpiaba la boca tras el mordisco al frito y el sutil moscatel domaba el «punto picante» del pimiento, fresco, un perfecto comienzo para ir abriendo boca y sentándonos «esperando acontecimientos».
El primer plato, tras sentarnos en la mesa, se trata de una tostada de de Salmón ahumado con tomate natural, queso fresco y lechuga. En la copa servimos un vino varietal verdejo, del 2015, de Bodegas Castillo de Monte la Reina: Castillo Monte la Reina Verdejo.
Interesante cambios de sabores tras morder la tostada y beber el vino, de como la frescura inicial deja poco a poco todo el protagonismo a los recuerdos frutales tropicales, potenciando las características varietales de la verdejo (cosas del queso y del ahumado del salmón).
Seguimos con la hamburguesa al foie (Carne de Ternera, queso de oveja, jamón serrano y salsa de hongos y foie) junto a un fantástico crianza: Castillo de Monte la Reina Crianza, en su añada 2012, que nos mostró todo el carácter de uva (tempranillo) y su región, funcionando a la perfección gracias a su marcado tanino que luchaba contra el foie en la boca.
Pasamos al bocadillo de jamón serrano a la plancha con salsa de hongo beltza, muy sabroso, con mucha intensidad, potente… por eso estamos maridando estos bocadillos con vinos de Toro… y habrá quien piense que una cerveza mucho mejor que un vino.
El equilibrio del vino Liberalia Cuatro, crianza del 2011, que nos presenta un domado tempranillo, equilibrado, pero con muchísimo volumen, funcionó a la perfección mejorando y potenciando los sabores. A cada trago y cada mordisco mejoraba vino y bocadillo.
El bocadillo más tierno lo dejamos para el final, solomillo de cerdo con espárrago triguero y queso de cabra, jugoso y con una combinación de sabores y texturas muy diferentes.
Un vino con 10 años, Liber Gran Reserva 2007, complejo, lleno de sugerentes recuerdos, muy elegante en boca, y sobre todo muy vivo, sorprendió y conjugó a la perfección con el jugoso solomillo de cerdo potenciando cada sorbo (esta vez el bocadillo no fue el protagonista y el vino no estaba pensado para el bocadillo sino que el bocadillo estaba pensado para el vino… ¿acaso un bocadillo no es digno de ser acompañado por un fantástico gran reserva?.
Un postre «típico de la zona» para cambiar de registro, hablamos de la pantxineta, crema, almendras, hojaldre y una bola de helado de vainilla… dulce final para terminar la velada.
Liberalia Uno, del 2015, un ensamblaje entre las uvas Moscatel de Grano Menudo y Albillo, nos proporcionó un equilibrio perfecto entre acidez (frescura) y dulzor para acabar con el postre y esta fantástica cena.
Bocadillos con Toro pero sin toro, una cena-maridaje que nos enseño que el vino, independientemente de su naturaleza, es capaz de acompañar cualquier plato sin la necesidad de «rimbombantes» nombres.
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Por cierto, el nombre de esta actividad, por si no se han dado cuenta, es debido a que en los bocadillos no había toro, pero en las copas si… Nos vemos en la siguiente.