Pues aquí estamos y ante nosotros se alza imponente una botella de vino blanco con muchas palabras escritas en francés, que siempre impone y es que el francés escrito en una botella de vino impone incluso en vinos de un euro la botella.
Pero bueno, no vamos a empezar a divagar sobre si el francés por aquí o el francés por allá, hoy nos dedicamos a disfrutar de un vino de la A.O.C. (Apellation d´Origen Controle) Sainte Croix du Mont (Una denominación de origen de la región de Burdeos), en la que la bodega Château du Mont, elabora un vino blanco dulce.
Château du Mont Sainte Croix du Mont, en su añada 2014, es un ensamblaje entre las variedades de uva: Semillón (80%), Sauvignon Blanc (10%) y Muscadelle (10%) de un viñedo de más de 60 años.
Se dejan que las uvas sean atacadas por el hongo Botrytis Cinerea (podredumbre gris) que ataca las bayas haciendo que estas se pasifiquen consiguiendo aumentar la concentración de aromas y azúcar.
Nada más caer en la copa observamos que no estamos ante el «típico vino blanco», precioso amarillo limón con reflejos dorados pálidos, limpio y brillante, pero espeso, se mueve con torpeza por la copa dejando una espesa lágrima tras de si.
Sus aromas suben en complejidad conforme lo movemos en la copa, frutas secas, albaricoques, confituras de frutas blancas, peladura de naranja, cierto carácter cítrico, melón, mango, piña… poco a poco nacen de sus entrañas los recuerdos con buena intensidad que engatusan al olfato.
Al beberlo encontramos una entrada fresca, con una explosión de recuerdos a frutas en la boca, multitud de recuerdos frutales (piña, melocotón, albaricoque, pera, lima, manzana) acarician el paladar sedoso al tacto pasando hacia la garganta de forma untuosa dejando un agradable dulzor que termina con un delicioso punto amargo con recuerdos a especias dulces (canela, anís) permaneciendo su recuerdo largo rato en la memoria.
Château du Mont Sainte Croix du Mont, en su añada 2014, es un vino que nos apetece ver envejecer, ver como poco a poco sus aromas frutales maduran y ganan en complejidad, no tengan miedo a que se les pierda una botella en la bodega y la encuentren al cabo de un par de años.
Un vino lleno de recuerdos frutales, un «multifrutas», de complejidad apabullante, sobre todo en boca, equilibrado y de gran delicadeza.
Resulta un vino ideal para acompañar practicamente cualquier aperitivo, no dejen de disfrutarlo con cualquier plato a base de foie o pates, incluso con platos de carne muy especiados o a base de quesos azules.
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