Una frase hecha que oigo hace mucho es la socorrida: «En todas partes hacen ahora vino bueno». No es que crea la frase a pies juntillas (porque sigo creyendo que se sigue haciendo vino malo en todos sitios, además del bueno).
Hoy escribimos estas lineas sobre uno de los vinos que a buen recaudo ha ayudado a generar esta «sentencia» en el subconsciente colectivo.
Sevilla no es una región que ha día de hoy despierte sabrosos recuerdos en el aficionado del vino, es más, muchos se sorprenden de encontrarse vinos de calidad, como este, en la Sierra Norte de Sevilla, sobre todo si hablamos de un tinto de Maceración Carbónica.
Colonias de Galeón Maceración Carbónica es un tinto joven, elaborado con las variedades de uva Cabernet Franc (50%), Tempranillo (30%) y Syrah (20%) por el tradicional método de la maceración carbónica (con uvas enteras).
Lo primero que llama la atención nada más servirlo en la copa, es su capa alta y brillante color púrpura con tonalidades rosáceas conforme pierde profundidad en la copa.
Somos testigos de una lágrima cristalina que cae por las paredes de vidrio de la copa conforme lo movemos para que suelte todos sus aromas.
Sus aromas son una fiesta con un montón de recuerdos a frutos rojos y negros, ligero toque floral y delicado toque balsámico al fondo. Un bloque aromático compacto, con cierta complejidad, interesante y abrumador.
Al beberlo nos encontramos con un vino con volumen, fresca acidez, jugoso, exuberante en su juventud pero con taninos maduros. De largo recuerdo tras el trago.
Un vino fantástico para los que busquen la juventud y el carácter de la uva pero sin renunciar a un vino complejo y con volumen.
Colonias de Galeón Maceración Carbónica merece ser bebido un punto más fresco que lo habitual.
Ideal para acompañar, como reza la etiqueta, con platos a base de carnes blancas, revueltos, setas y arroces.