Si, lo se, somos una vinoteca un poco de extremos, o nos vamos a la microbodega que elabora un puñado de botellas al año que ofrecemos vinos de cooperativas vinícolas (de las que funcionan) que nos ofrecen miles de botellas cada temporada… todo lo que hay entre medio no solemos trabajarlo… tenemos nuestras rarezas, que cosas.
Las cooperativas… ¿como no quererlas y odiarlas al mismo tiempo?… desde vinos horribles a vinos fabulosos, nos suelen ofrecer, cuando lo hacen bien, una excepcional relación calidad-precio con la tipicidad de la zona y carácter de la variedad de uva.
Nos vamos a Burgos, a la localidad de El Zazuar, donde Cooperativa San Andrés elabora sus vinos en un entorno, ya de por si, privilegiado para el cultivo de la variedad de uva Tempranillo (Tinta fina o del País), dentro de la D.O. Ribera del Duero.
Nos centramos en su gama de vinos Vegazar, en su tinto roble, de la añada 2013. Vegazar Tinto Roble 2013 nos promete ser un vino «típico» y de un precio ajustado.
100% Tempranillo (o Tinta Fina, o Tinta del País, como queramos llamarlo) que es envejecido durante 4 meses en barricas de roble americano y francés.
La palabreja «roble», a grandes rasgos (siendo mentira), engloba a todos esos vinos que no tienen la suficiente guarda en barrica como para ser llamados «crianza»… aunque confunde mucho más que aclara, el único dato del que nos podemos fiar cuando vemos la palabra «roble» es que ha sido criado en barricas de roble durante un tiempo (que nos suelen indicar en el etiquetado).
Vegazar Tinto Roble, en su añada del 2013, nos muestra un bonito color rojo cereza, con ribetes purpúreos, opaco y profundo, con una lágrima cristalina de lenta caída por las paredes de vidrio por la copa.
Aromas muy vivos, sin ser demasiado complejo nos muestra un carácter frutal delicado, con una intensidad media, muy agradable, un leve y sutil aroma tostado emerge adornando el conjunto en equilibrio y armonía con el resto de aromas.
Al beberlo resulta cremoso, un tacto en boca muy agradable, ligeros tostados, untuoso y de delicado tanino que se bebe muy fácilmente, frutal, con un ligero recuerdo tostado y un final con suave final de regaliz.
Un vino que nos ofrece tipicidad a un precio comedido, de fácil trago pero con cuerpo y volumen, equilibrado, ideal para todos los que busquen un buen Ribera del Duero sin gastarse «un dineral» disfrutando de un fresco vino.
Un vino rico que nos ofrece con sinceridad lo que reza la etiqueta: Tinto y Roble. No se pierdan este vino.
Ideal para acompañar un bocadillo de jamón serrano, unas lonchas de chorizo, un poco de queso semi-curado, una tortilla de patatas, unas pechugas de pollo a la plancha o unas chuletillas de cordero a la brasa en un día de sol que nos pide sacar el vino un par de grados más frescos.