Que haya posos en el vino no es un trauma, solo suelen indicar que no hemos manipulado el vino correctamente a la hora de servirlo (dejar la botella de pie horas antes de abrirla, utilizar un decantador, etc…). No obstante, en ocasiones son molestos a la hora de tomarnos el vino llegando hasta el punto de tener que masticar en vez de beber.