El pasado viernes 11 de Marzo se celebró «La Cena Engaño» en el Restaurante Anttonenea en el centro de Pamplona. Como su propio nombre indica, se trataba de intentar engañar a la gente con diferentes vinos durante el servicio de un magnífico menú.
Se ofrecieron a los asistentes 6 vinos «¿diferentes?»: el «0», el «1», el «2», el «3», el «4» y el «X» que se iban sirviendo conforme avanzábamos en el menú.
Efectivamente, la cena se llamaba de «Engaño» porque se pretendía «engañar» a los asistentes con los vinos, aunque alguno anduvo con la mosca detrás de la oreja al descubrir que el menú contenía más platos que las anteriores entregas (con el mismo precio) y que por lo tanto debería de haber algo «raro» en el vino.
Efectivamente, algo raro había en el vino y es que simple y llanamente, los asistentes estuvieron bebiendo durante toda la noche exactamente el mismo vino… bueno, realmente no el mismo, pero casi.
Realmente los vinos el «0», «1», «2», «3» y «4» eran exactamente el mismo vino, un joven de la D.O.Ca. Rioja por debajo de los 4 euros: Tierras de Murillo Tempranillo mientras que el vino «X» era el Tierras de Murillo pero en su versión Crianza.
¿Como conseguimos engañar a todo el mundo dándoles el mismo vino una y otra vez?… pues no fue fácil, pero diremos que para ello utilizamos el roble, o mejor dicho «los chips».
Los «chips» (o virutas) de roble tostados, es un producto que se puede utilizar en la elaboración del vino (aunque suele estar prohibido o regulado en las denominaciones de origen) que nadie parece utilizar pero que se compra mucho. Durante más de un mes estuvimos realizando pruebas y experimentos para dar con las proporciones adecuadas (aunque es un experimento que ya lo hemos realizado en muchas ocasiones era la primera vez que se sacaba en una actividad con cena).
Se utilizan para dar sabor a roble al vino en vez de utilizar barricas de roble (o complementando a estas) y con ello pudimos convertir el mismo vino, con tan solo 8 días «de crianza» en su propia botella, en 5 vinos completamente diferentes utilizando para ello tan solo diferentes robles y tostados, hasta el punto que los asistentes no encontraron semejanza en ellos.
El último vino, el «X», si que era un crianza normal y corriente, de la misma bodega, que lo introducimos por comparar un vino certificado como crianza (que ha estado 12 meses en roble) por la D.O.Ca. Rioja con nuestras modificaciones.
Una vez terminada la cena se pidió a los comensales que descubriesen las etiquetas de los vinos que habían bebido, muchos de ellos tenían uno u otro vino favorito, el resultado había sido muy satisfactorio y debatían sobre cual estaba mejor o peor.
- Vino «0»: Vino sin modificación alguna.
- Vino «1»: Vino «0» modificado con 1/2 Roble Americano tostado medio y 1/2 Roble Francés tostado medio.
- Vino «2»: Vino «0» modificado con 1/2 Roble Francés con tostado plus y 1/2 Roble Francés con tostado medio.
- Vino «3»: Vino «0» modificado con 1/2 Roble Francés Tostado Fuerte y 1/2 Roble Francés tostado medio dulce.
- Vino «4»: Vino «0» modificado con 1/3 Roble Francés tostado plus, 1/3 Roble Francés tostado plus complex y 1/3 Roble Americano tostado plus.
- Vino «X»: Vino sin modificación alguna.
La idea de esta cena era la de descubrir como influye en el vino un detalle al que no le damos importancia al leer una etiqueta, como es el tipo de barrica, la edad de esta o la capacidad de la misma.
No obstante los asistentes se quedaron con la anécdota de los «chips» ya que muchos desconocían de su existencia y los percibían como un engaño (fíjense que la cena era «engaño») al consumidor con intranquilidad al no saber si los vinos que compraban contenían dicho ingrediente.
Los vinos con «chips» tienen sus pros y sus contras, pero no debemos preocuparnos, son perfectamente legales y no es «lo peor» que se le añade al vino.
Durante largo rato estuvimos contestando las preguntas sobre este producto que fue lo que más interesó a los asistentes. Hace ya tiempo hablamos sobre las «virutas» de roble: https://popthewine.wordpress.com/2013/09/26/virutas-el-porno-del-sector-vinicola/
Una fantástica velada en la que aprendimos mucho y disfrutamos de la gastronomía, con un pequeño engaño, si, pero así se llamaba la actividad «La Cena Engaño».
Nos vemos en la siguiente.