No esperábamos demasiados asistentes a este experimento, ya que pagar 22 euros para comerse un bocadillo, y tomarse un vino, queda un poco fuera de lugar… pero como comprobamos «in situ», ni era un vino ni un bocadillo. Arriesgada cena, sin cubiertos, entre pan y pan, reino de las cervezas y las cocacolas.
El primer plato consistía en un bocadillo de salmón, cebollino y salsa tártara entre dos panes blancos crujientes, delicioso contraste entre el pan tostado y el pescado.
El vino elegido para este bocadillo fue el Recoveco Blanco de Bodegas Gil Berzal (Rioja Alavesa) ¡del 2007!, elaborado con Viura y criado durante 9 meses en barricas de roble… muy fresco, en perfecta armonía con su crianza, sorprendió a todos los asistentes por su fantástica estructura, frescura y complejidad que armonizó a la perfección con el primer plato.
Seguíamos con el pescado en nuestro menú con el atún en baguette con cebolla, oliva, guindilla y mahonesa, como veréis, todos los bocadillos se prepararon con elementos que podemos encontrar facilmente en cualquier casa.
Recoveco Tinto Maceración Carbónica, de Bodegas Gil Berzal (otra vez) ayudó, con su frescura y acidez, a completar este fantástico y sencillo bocadillo que todos hemos comido alguna vez (y permitidme recomendad añadir anchoas).
El maridaje que mayor éxito ha tenido en la historia de la humanidad es la Big Mac con Coca Cola (y a las cifras de venta me remito)… pero bueno, esto es broma y apostamos por combinar la Mini Hamburguesa con tomate, lechuga, queso y cebolla caramelizada con un carnoso vino.
Ledo.8 (Ledo «punto» Ocho), elaborado por Bodegas Alberto Ledo en el Bierzo, de gran sabor y untuoso carácter, ayudó a que pasara la hamburguesa en perfecta armonía.
El penúltimo bocadillo de pollo crujiente, tortilla francesa, queso cheedar y calabacín a la plancha hacía que se nos unieses diferentes texturas en la boca, desde el rebozado con harina de maíz del pollo a la esponjosidad de la tortilla francesa pasando por la cremosidad del queso.
Conjugado a la perfección con Alaviana 2011 de Ludovic Vano, un delicioso cupaje de Garnacha y Syrah con 6 meses de crianza en barricas de roble elaborado en Calatayud.
Acabamos la cena con el típico bocadillo de lomo, con queso emmental, pimientos verdes, ajo y tomate, el «típico» bocadillo de lomo un poco «tuneado».
El carácter mineral del Priorato Formiga de Vellut, de Bodegas Clos Galena, puso el punto final a la cena acompañando al último plato.
En definitiva, los bocadillos y el vino son compañeros ideales, nos permiten mezclar infinidad de texturas y sabores entre pan y pan combinando con los vinos más dispares (los 5 vinos de la cena no tenían absolutamente nada que ver unos con otros).
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