El pasado sábado disfrutamos del taller de aromas sobre el vino albariño en el que los asistentes pudieron probar 5 vinos de las Rías Baixas elaborados con la variedad de uva Albariño acompañados de una degustación de diferentes quesos y conservas en La Casa de los Quesos de Pamplona.
Fue interesante descubrir los diferentes aromas y compararlos con las frutas que teníamos cortadas (mango, manzana roja, manzana verde, melocotón, limón, piña y pomelo) para ese fin.
Pero sobre todo, lo que más sorprendió a los asistentes fue comprobar «in situ» las diferencias que existen entre vinos elaborados con la misma uva en la misma denominación de origen aunque todos guardasen cierta relación con todos los demás.
El Albariño Albanta fue el primero de todos los vinos que probamos, entre los aromas más marcados que encontramos en este vino fueron el limón, la piña y el pomelo… la mayoría de los asistentes coincidieron en que era el vino que más les recordaba al «típico» sabor de los albariños más comerciales que encontramos hoy en día, en parte, gracias a su marcada acidez y refrescante carácter.
El segundo vino, Baixabén Albariño, fue uno de los vinos que más sorprendieron gracias a su carácter más amable y su acidez menos marcada (recordemos que este vino tenía trampa ya que lleva un 10% de la variedad de uva Treixadura). Entre los aromas que encontramos en este vino destacaron el mango y el melocotón, además de la piña.
El Albariño Segrel, fue el tercero de los vinos que bebimos, volvimos al carácter más típico del Albariño con una deliciosa y sutil acidez, entre los aromas que más se distinguieron en este vino encontramos el pomelo, el mango y la piña… con una sutil manzana verde.
El Albariño Gundian, el cuarto vino, sorprendió por su diferente carácter, más amable, de menor acidez y sobre todo sus aromas en los que destacaban la piña, el pomelo y el mango.
Villa del Corpus fue el último vino que probamos, más amable y un ligero punto mineral, de fácil entrada en boca y con marcados aromas a pera, mango y melocotón. Delicioso vino blanco que puso el punto y final de la cata.
Lo que más sorprendió a los asistentes fueron las marcadas diferencias entre los 5 vinos blancos que hicieron imposible que se pusierar de acuerdo sobre cual de los vinos había gustado más ya que cada uno tenía un favorito.
La cata estuvo todo el rato acompañada por diversos productos (conservas y quesos) que acompañaron a los vinos y cambiaban su sabor, disfrutando junto al vino albariño, de cremosos quesos.
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