Sin lugar a dudas esta cata no resultó propicia para los comedores de lonchas de queso tapa hamburguesas (que nos encantan también). Nos encanta organizar estas pequeñas catas en La Casa De Los Quesos de Pamplona, su gran y diversa oferta en quesos «exóticos» (y no tan exóticos) nos permite realizar muchísimas mezclas con sabores y texturas que no son «tan comunes» en el día a día (y no lo son porque no queréis).
Cinco fueron los quesos que incluimos en la mesa, situada en el centro del reducido espacio que nos permitía La Casa de los Quesos en Pamplona (y las catas de poca gente son las que más disfrutamos): La cremosa Mozzarella italiana, el cartilaginoso Halloumi de Chipre, el engañoso queso Feta griego que engañaba con su suave textura pero de intenso sabor, el Rulo de Cabra, de fina textura, sutil sabor y muy cremoso y la potencia del Stilton Azul originario de Inglaterra.

Curiosa textura del queso Feta, muy sabroso, de apariencia «burgos» pero que se desmigaba en la boca.
La idea era ir catando los diferentes vinos y maridándolos con los quesos «en crudo» (sin adornos)… quesos frescos (de ahí el nombre de Quesos de Verano), ideales para acompañar las más diversas ensaladas o tomar como aperitivos.
El primer vino que catamos fue el Txakoli Mendraka (D.O. Txakoli de Vizkaya), de frutales aromas y marcada acidez (como es habitual en los txakolis) que nos permitió maridarlo con los quesos frescos de textura más grasa y menos ácidos.
El vino Loess Verdejo causó sensación entre todos los asistentes (D.O. Rueda) y acompaño muy bien a la mayoría de los quesos, siendo con el Rulo de Cabra con el que mejor funcionó combinándose a la perfección su potencia varietal con el sutil sabor del queso.
Nuestro representante del Bierzo fue Ledo Godello, con una ligera crianza sobre lías que adornaba su marcado carácter varietal, lo cual, junto a su baja acidez combinó a la perfección con quesos más ácidos y de sabores más «potentes» (Leer la cata de este vino en este blog).
Curiosamente, estas crianzas sobre lías en los vinos blancos, otorgan un carácter balsámico en los vinos que les permiten combinarlos con los quesos de acidez más marcada pese a ser «generalmente» de sabores y aromas más intensos que los habituales vinos jóvenes.
Viero, de la D.O. Rioja, un blanco elaborado con la variedad de uva Viura y criado durante 10 meses en barricas de roble y sobre sus propias lías en depósitos de acero inoxidable (luego se mezclan las dos crianzas), nos sirvió para demostrar que los vinos más potentes (puesto que tiene mucho carácter) no siempre funcionan bien con los quesos más sabrosos… su balsámica personalidad (tras los 10 meses sobre lías) nos permitió mezclarlo con los quesos más frescos y ácidos mientras que al tomarlo con los quesos más potentes quedaba muy exagerado e incluso desagradable.
Utilizamos la Mozzarella como «queso comodín», limpiaba la boca y devolvía el sabor original a los vinos, nos encanta utilizar este queso que es un verdadero todoterreno para todo tipo de platos, especialmente ensaladas al combinar perfectamente con los vinos más ácidos.
Terminamos con un punto goloso gracias a un vino del Somontano, De Beroz Esencia de Gewürz (Elaborado con la variedad de uva Gewürztraminer) combinó a la perfección con el queso más potente de la cata, el Stilton Azul gracias a su goloso carácter pero sin llegar a ser un vino de postre (Leer la cata de este vino en este blog).

En la cata, «minicata» diríamos puesto que La Casa de los Quesos de Pamplona tiene un espacio limitado.
En definitiva: mezclamos diferentes sabores, diferentes texturas y descubrimos muchísimas combinaciones que desconocíamos… cientos de posibilidades para llevar a cabo en nuestros platos y huir de convencionalismos… ¡Arriesgad en las mezclas!…